Como os he comentado otras veces, me gusta comer sano, pero a la vez disfruto mucho comiendo y me gusta la gastronomía. Además, ya habréis visto que me encanta salir a comer o cenar fuera, y probar nuevos restaurantes:
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Un alimento básico, pero que me encanta, es el pan, y de esto os quiero hablar hoy, de pan, y de mis panes, porque ya hace muchos años que me hago mi propio pan...
Todo empezó hace más de 10 años, cuando me tuvieron que operar por un problema digestivo y los médicos me dieron algunas pautas alimenticias, entre ellas, incluir más fibra en mi dieta. Por eso empecé a desayunar cada día pan integral.
Aquí abro un paréntesis para deciros que siempre me ha gustado desayunar bastante, que para mí el desayuno es la comida que más disfruto, y que me encanta el desayuno tradicional de nuestro país: un buen bocata con un café con leche. Quizás esto me viene de tradición familiar, en mi casa nunca hemos desayunado cereales ni nada "prefabricado", y tanto mi hermana como yo seguimos la tradición de desayunar un buen bocata "salado" (somos más de salado que de mantequilla y mermelada)...
Mi desayuno diario está compuesto por fruta cortada o batida, café con leche y pan con tomate y queso o embutido
Algunos de mis desayunos y mis panes caseros con tomate, pechuga de pavo, queso fresco, etc.
Y volviendo a lo que me ocupa hoy, el pan, primero de todo os cuento que en mi pueblo no me resultaba fácil encontrar buenos panes integrales artesanos, y que además se pudiesen congelar (poder congelar el pan es importante para mí, pues me levanto pronto y las panaderías no están abiertas a esas horas). Por ello decidí hacerme mi propio pan, y comprarme una panificadora, que era la forma más fácil de hacer pan en casa sin tener que dedicarle demasiado tiempo y esfuerzo.
Y a continuación, os enseño mi panificadora (ésta es ya la segunda que tengo), un electrodoméstico nada caro y para mí muy útil, pues ella sola hace todo el proceso de fabricación del pan: amasa, fermenta y cuece el pan.
Panificadora Moulinex. Vista interior de la panificadora, con el molde para hacer la masa y cocer el pan.
Por lo tanto, hacer el pan en casa para mí es facilísimo, sólo tengo que poner el agua, la harina, sal y levadura en el molde, programo la panificadora (según el tipo de pan y su peso), y en unas 3 horas tengo mi pan recién hecho:
La panificadora también se puede programar, y puede hacer el pan por la noche, de forma que por la mañana tienes tu pan recién hecho.
Además te avisa después del primer amasado por si quieres añadir otros ingredientes al pan, como semillas, frutos secos, etc. Yo casi siempre lo hago, y suelo añadir al pan una mezcla de semillas: sésamo, lino, cáñamo, pipas de girasol y de calabaza, etc. Por cierto, las semillas y frutos secos son un complemento ideal para el pan del desayuno, pues aportan vitaminas, minerales, etc.
Algunas semillas, cereales y frutos secos que añado a mis panes caseros: mezcla de diferentes semillas con pipas de girasol y calabaza, copos de avena, semillas de lino, de cáñamo y de sésamo
En cuanto a tipos de harinas, me gusta variar y experimentar. Entre mis favoritas, las de centeno, trigo y espelta, siempre integrales, por supuesto. Además de más fibra, el pan integral aporta, entre otros nutrientes, más vitaminas y minerales que el blanco, y sus hidratos de carbono son de absorción lenta, lo que lo hace muy sano para todos.
Las harinas las suelo mezclar, o compro una mezcla de varias harinas, que venden en tiendas especializadas. He probado varias mezclas, y las más prácticas para principiantes son las de Rivercote, marca alemana de venta en Lidl, pues ya llevan la levadura, y te aseguras de que el pan sube correctamente:
Mezcla de harinas para hacer pan: contiene harinas integrales de trigo (68%) y centeno (24%), masa fermentada de centeno, malta de cebada y levadura.
En cuanto a otras mezclas de harinas, las de panaderías no suelen llevar la levadura, y encontrar una buena levadura fácil de usar en casa no es sencillo. Yo he probado varias veces levadura de espelta, de venta en tiendas dietéticas y ecológicas, pero a veces me ha fallado (creo que por algún problema de conservación previo), y el pan me ha quedado demasiado compacto, ¡aunque me lo he comido igualmente!
Aquí tenéis uno de mis panes recién hecho. No es perfecto a la vista, pero os aseguro que está buenísimo:
Pan integral de trigo y centeno con semillas y avena
Y para acabar, deciros que aunque prefiero los desayunos salados, ¡las meriendas dulces me encantan!
Hasta aquí el artículo sobre mi pan casero.Vuelvo pronto con nuevos artículos, espero que éste os haya parecido interesante, y ¡a ver si os animáis algún día a hacer vuestro propio pan!