miércoles, 7 de agosto de 2024

Conexiones eternas

Empiezo a escribir estas líneas un martes de principios de agosto… Acabo de hablar con mi amiga Mónica, que me acompañó en mis inicios de este blog, y con la que en los últimos años ha habido una gran distancia física y poca comunicación, pero hoy al hablar con ella, para ver si podemos coincidir un día cuando venga de vacaciones a Barcelona este agosto (vive en Italia desde hace un tiempo), he recordado lo importante que era ella para mí, lo mucho que me acompañó durante años, y la gran conexión que existía entre nosotras, era como una hermana para mí… y al recordar nuestra relación he sentido la necesidad de escribir sobre ello, sobre las conexiones eternas, o casi, porque aquí ninguno somos eternos…

La verdad es que a lo largo de mi vida he contado, y cuento, con grandes amigas, a algunas de las cuales las considero casi hermanas… no sé si es porqué durante años me crié sola, deseando que llegase mi hermana (mi mayor deseo de niña era tener hermanos, creo que alguna vez lo he escrito en este blog), que al final llegó y me hizo la niña de 8 años más feliz del mundo. Lo que decía, no sé si es por ese deseo de niña, pero durante mi vida, he creado una conexión también de casi hermanas con algunas amigas, a algunas las tengo cerca ahora, y a otras lejos, pero las llevo en el corazón a todas…

Y pensando en ello, y sabiendo que lo que vemos en este mundo es sólo una mínima parte de lo que en realidad pasa, creo que hay energías que nos unen a ciertas personas de una forma especial, y esas conexiones especiales que surgen no las rompe ni la distancia física, ni el silencio. Estoy convencida de que hay un hilo invisible, una energía que nos une a determinadas personas, que no tiene explicación con la ciencia convencional, pero que existe… 

Lo mismo que hay amores que van más allá de lo físico, hay conexiones mágicas que no se pierden, y personas que quedan en nuestra memoria y nos acompañan siempre aunque no estén físicamente con nosotros. También me ha pasado con algunos hombres, menos que con mujeres, porque normalmente mis relaciones con hombres han sido sentimentales y no de amistad, pero en una relación sentimental también hay amistad, y alguna vez surge esa conexión especial que te une a la mente, o al espíritu (o al alma, si crees en ella) de esa persona, sin saber porqué y que no termina aunque la relación sentimental termine. Y no, no hablo de dependencia emocional ni mucho menos, hablo de que puedes desearle a esa otra persona toda la felicidad del mundo incluso con otra pareja, y tú ser feliz con otro hombre, pero sabiendo que con ese alma te unió algo especial que no se destruirá ni con el tiempo ni con la distancia física.

Igual piensas que con tanto crecimiento personal (te he hablado de él en mis artículos anteriores de este año) me he vuelto un poco loca, pero estoy convencida de que somos energía, y al igual que hay personas que te repelen sin saber porqué, otras te atraen desde un primer momento sin explicación. Esto ya te lo conté en mi artículo sobre mis últimas relaciones amorosas, pero hoy no quiero centrarme en personas concretas, sólo en la filosofía de las conexiones, que, si no me convence alguien de lo contrario, diría que a veces son “casi” eternas.

Y tú, ¿qué opinas sobre este tema? ¿Me he vuelto loca o has sentido esta conexión alguna vez con alguien? Cuéntame en comentarios.

Hasta pronto y feliz agosto!



 

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