Como algunos ya sabéis, hace unas semanas hice una escapada con amigas a Santiago de Compostela. Este viaje me hizo especial ilusión, pues aunque conozco muy bien la ciudad, hacía más de 20 años que no la visitaba.
No recuerdo mi primer viaje a Galicia ni a Santiago, ya que la primera vez que fui tenía sólo 6 o 7 meses. Aunque luego seguí yendo cada verano con mis padres, a visitar a parte de mi familia paterna, hasta que fui adolescente. Las primeras imágenes que recuerdo de Galicia son la playa, las algas que tocaban mis piernas cuando habíamos ido a buscar marisco en las horas de marea baja, y a la vuelta el mar ya había crecido, los bosques de eucaliptus, las tardes en la casa de Palmeira de mis tías abuelas... y más adelante los veranos en Santiago, en la calle de la Troya, en pleno centro de Santiago, durmiendo en la casa de mis tías, con aquel suelo de madera que crujía, los desayunos en la cocina con esa leche pura de vaca (recuerdo que odiaba la nata que dejaba la leche en el vaso), las tortillas de patata tan buenas que hacían mis tías, y los estornudos que no conseguía parar en esa casa, por mi alergia al pelo del caniche de mis tías...
También recuerdo ver las tunas por las calles de Santiago, y cómo dejaba volar mi imaginación leyendo el libro de "La Casa de la Troya", cuando me transportaba a aquel piso de estudiantes situado junto a la casa de mis tías, y me imaginaba cómo sería la vida de aquellos universitarios de la novela, un siglo antes de mis estancias veraniegas en Santiago...
Abro aquí un paréntesis para hacer una observación: como os decía, he vuelto a Santiago después de más de 20 años de mi última visita y, a diferencia de otras ciudades, parece que por Santiago no pasa el tiempo... sus calles siguen igual que las que recuerdo de cuando era niña, la catedral, el botafumeiro, los peregrinos, la buena comida y el excelente marisco... todo sigue igual en Santiago...
Volviendo a la Casa de la Troya, en este viaje con mis amigas, volví a visitar la casa museo, y recordé con nostalgia mis veranos en Santiago leyendo la novela de Alejandro Pérez Lugín...
Imágenes del museo casa da Troya |
Detalles de la iluminación de la casa y de la cocina |
Otros detalles de la decoración de la Casa de la Troya |
Durante mi última visita a Santiago también estuve en la misa del peregrino, en la catedral, viendo el espectáculo del botafumeiro, que yo recordaba mucho más grande, supongo que porque la primera vez que lo vi yo era muy pequeña...
En esta escapada también he visitado el museo do Pobo Galego, donde volví a recordar muchas cosas de los viajes a Galicia en mi infancia: los hórreos, los trajes típicos, las cocinas y las casas típicas, los paisajes... en fin, todo lo que constituye el paisaje gallego, uno de los más bonitos que he visto nunca.
En el museo do Pobo Galego |
El museo está situado anexo a una iglesia, que se puede ver desde el mismo museo |
También hicimos un tour por la ciudad, con Free Tour Compostela, con una temática muy curiosa, "curiosidades y leyendas de Santiago", donde nos explicaron algunas tradiciones gallegas, como las creencias en meigas y bruixes, sus héroes, los fantasmas de la ciudad de Santiago, y descubrimos muchos rincones curiosos de la ciudad:
Antes de acabar mi recorrido por Santiago, y como buena aficionada al buen comer, os dejo unas imágenes de los platos típicos que hemos probado en este viaje, y que no debéis dejar de comer si visitáis alguna vez Galicia: su marisco y pescado tienen fama bien merecida, pero no se quedan atrás otros productos, como el lacón, el queso de tetilla, las empanadas, su carne de vaca y la famosa tarta de Santiago.
Plato de pulpo a feira |
Algunos platos que comimos en O Gato Negro, típica taberna gallega |
Platos de Abastos 2.0, cocina vanguardista con esencia gallega en el Mercado de Abastos |
Mariscada en el restaurante Carretas, sitio excelente para comer, en la calle del mismo nombre |
Hasta aquí mi pequeño recorrido por Santiago de Compostela, ciudad que nunca olvidaré por tantos recuerdos que me trae , y que espero volver a visitar pronto.
Y para terminar, como siempre, agradecer a mis compañeras de viaje los buenos ratos pasados, las risas, las buenas comidas, las anécdotas del viaje y todo su cariño.
Con mis compañeras de viaje en el parque de la Alameda |
Y a todos vosotros, ¡vuelvo pronto con nuevos artículos! ¡feliz verano!
Que bonito. Yo fui por ultima vez con 19 años con mi amigo Manolo de Podium. Estubimos en Palmeira y en la calle Troya con las tres tias.
ResponderEliminarMe he emocionado con tu articulo.
Muchas gracias! Todos tenemos muy buenos recuerdos de esa tierra, hemos tenido suerte de conocerla de tan cerca. Muchos besos tiet!
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