Como muchos sabéis, hace unos días estuve en Madrid con unas amigas, en una escapada de ocio que ha dado mucho de sí, y de la que os voy a hacer hoy un resumen.
Hacía justo dos años de mi última visita a Madrid, y esta vez el viaje ha sido un poco distinto de la última escapada a esta ciudad, ya que el viaje anterior estuvo condicionado por los inconvenientes del incipiente embarazo de mi amiga Mónica, que pasó sus malos ratos de náuseas en un frío Madrid...
A pesar de eso, hicimos muchas cosas, y os lo conté en 2 artículos de este blog:
Madrid y sus rincones: calles y moda
Pero volviendo al presente, esta escapada ha sido muy intensa, muy gastronómica y también muy divertida. Tengo que reconocer que hemos tenido mucha suerte en las reservas que hicimos desde Barcelona, pues tanto el hotel, como los restaurantes que escogimos no nos han defraudado y nos han sorprendido gratamente:
El hotel: un lugar con encanto, minimalista y acogedor en pleno centro
En esta escapada, como eramos tres amigas, necesitábamos un hotel con habitación triple, cosa que a veces no es fácil de conseguir. Un poco por casualidad, descubrimos la cadena de hoteles Praktik, con varios hoteles en Barcelona, todos con un toque diferente, y una decoración muy original. En Madrid, el Praktik Metropol, sigue la misma línea, de decoración nórdica y minimalista:
La recepción del Praktik Metropol, con una zona para tomar cafés e infusiones |
Imágenes de la recepción del hotel y habitaciones |
La habitación triple tiene una zona separada para la tercera cama, y dos baños completos, por lo que resulta muy práctica, y más en un viaje de tres mujeres, ¡con lo que usamos nosotras el baño!
Imágenes de la habitación triple |
El hotel cumple perfectamente con su eslogan |
Además el Praktik Metropol está situado en pleno centro, en la calle Montera esquina con la Gran Vía, a dos minutos a pie de la Puerta del Sol, justo enfrente de las calles Hortaleza y Fuencarral, y cerca del Paseo del Prado. Por tanto, nos resultó muy cómodo para todos los sitios que visitamos en Madrid.
Vistas desde la terraza del Hotel |
Amazónico: el restaurante de moda en Madrid que no defrauda
Amazónico es uno de los restaurantes más de moda en Madrid actualmente, tanto que no conseguimos reservar mesa para cenar el fin de semana, así que optamos por comer allí el mismo viernes, cuando llegamos a Madrid.
De comida en Amazónico |
El restaurante está decorado muy acorde a su nombre, y su cocina también tiene muchos rasgos de la gastronomía brasileña:
Varias imágenes del restaurante Amazónico |
Nos gustó mucho el local y el ambiente, pero también todos los platos que probamos:
Platos de Amazónico: las verduras, el hummus de feijoada, las lubinas y la piña asada |
Destacar las lubinas hechas al espeto, realmente deliciosas:
Imágenes en algunos rincones de Amazónico |
La posada del dragón y la Antoñita: tapas modernas y ricas en la Latina
El viernes por la noche fuimos a cenar a un local que yo ya conocía de mi última visita a Madrid, que me había gustado mucho, y me pareció que a mis amigas también les podía gustar, se trata del restaurante La Antoñita.
En La Antoñita, el restaurante de la Posada del Dragón, situado en la Cava Baja, en pleno barrio de La Latina, se comen tapas con ingredientes muy madrileños, pero con un toque moderno, y un sabor delicioso:
Algunas de las tapas que comimos en la Antoñita |
El tataki de presa ibérica de La Antoñita, ¡delicioso! |
Además, el local tiene mucho encanto y una larga historia, pues está situado en una antigua fábrica de jabones:
Otra imagen en la Antoñita, el suelo es transparente por las ruinas que hay debajo del local |
Cenando en la Antoñita |
Los mercados: el de San Miguel, siempre abarrotado, pero muy divertido, y el de San Antón, muy cuco
El mercado de San Miguel es una visita casi obligada para los turistas en Madrid, y, aunque a veces resulte agobiante, hay que reconocer que es una fórmula de éxito, y una forma de pasar un rato diferente y coincidir con gente de cientos de nacionalidades distintas que visitan Madrid. Esta vez coincidimos con una pareja de turistas israelíes muy agradables, y con un francés, empeñado en que sus vinos eran mejores que los nuestros... lo dicho, un rato agradable en buena compañía. Eso sí, que se abstengan de ir a este mercado las personas que odian los sitios abarrotados.
El mercado de San Antón, en Chueca, es un espacio muy bonito, con puestos muy arreglados y mercancías de calidad. Llegamos allí por casualidad, y me quedé con ganas de volver otro día con más tiempo.
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