domingo, 5 de enero de 2014

Un hotel en Nueva York

Aprovechando la noche de Reyes, en el Rincón de Aqua os dejo un regalito en forma de microrrelato: un viaje, una habitación de hotel y unos "stilettos" me inspiraron este pequeño cuento...

UN HOTEL EN NUEVA YORK

Hacía una hora que había aterrizado en aquel inmenso aeropuerto, y después de conseguir encontrar la parada de taxis y explicarle en un oxidado inglés al taxista dónde quería ir, había recorrido fascinada aquellas calles, edificios y ambiente que tantas veces me había imaginado y también visto en las películas… El taxista me había dejado hacía unos minutos en la puerta del hotel, yo había entrado observándolo todo y había conseguido hacerme entender y que me diesen la llave de mi habitación en un tiempo récord.

Y ahora estaba allí, en aquella habitación de hotel, blanca, minimalista y chic, agotada después de tantas horas de viaje, tumbada en la cama, y pensando en cuántas cosas habían pasado las últimas semanas para que yo acabase en una habitación de un hotel de la zona más “in” de Nueva York...

En realidad, todo había empezado unos meses antes, el verano anterior, con mi decisión de aventurarme a empezar a escribir un blog sobre moda y belleza, facetas totalmente alejadas de mi profesión de Química, pero que eran mis pasiones desde niña. Luego apareció aquel anuncio del concurso de "blogueras" que vi por casualidad leyendo una de mis revistas favoritas. Tras ello, vino el lanzarme a enviar mi candidatura, pensando que era imposible que me tocase a mí, ¡se trataba nada más y nada menos que de cubrir para la revista los desfiles de la semana de la moda de Nueva York! Después fue aquella llamada a mi móvil diciendo que había sido seleccionada para el viaje, y finalmente llegaron los líos de última hora, pidiéndole vacaciones a mi jefe, organizando mi trabajo y también a mi familia, haciendo la maleta a toda prisa, intentando no dejarme nada, y pensando qué ponerme para un acontecimiento tan importante: ¡mi primer desfile como bloguera de moda y nada menos que en Nueva York!

Y ahora, tumbada en la cama de ese hotel tan moderno y de estilo minimalista, y, agotada por tantas emociones, no conseguía recordar con claridad qué había metido en mi maleta, temía haber olvidado algo importante… Repasé mentalmente los minutos en que hacía la maleta en mi casa, y recordé que había puesto un par de conjuntos de pantalón y camisa, aquel blazer negro, y mi vestido preferido, un lbd bastante caro que había comprado al principio de la temporada de otoño por si tenía que asistir a algún evento, pero no lograba recordar si había puesto lo más importante, así que hice un último esfuerzo, me levanté a duras penas de aquella cama tan cómoda, abrí mi maleta y busqué y rebusqué hasta que finalmente conseguí encontrarla: la bolsita negra de seda...

La abrí con cuidado y allí estaban: mis “stilettos” negros con tacón dorado, mi amuleto, los zapatos que me había comprado meses antes, que casi siempre aparecían en un lugar u otro de mi blog, en muchas de las fotos de mis looks preferidos, y que al día siguiente me iban a acompañar en mi primer desfile en Nueva York…



2 comentarios:

  1. ¡Qué pasada! y ahora encima novelista. Esto ya me recuerda a la serie Sexo en Nueva York, quien sabe...espero que éste sea el primero de muchos más, se me ha hecho corto. Hasta pronto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu comentario! No pretendo ser novelista, sólo escribo como hobby! Me alegro de que te haya gustado el relato, y a ver si me inspiro pronto para algún otro... Hasta pronto.

      Eliminar