domingo, 9 de noviembre de 2014

¿La alimentación como medicina?

Como ya he comentado en algún otro artículo, la nutrición es un tema que siempre me ha interesado, en gran parte porque me encanta comer, y también porque desde hace años tengo que cuidar mi alimentación por algunos problemillas de salud que tuve... Eso sí, aunque me cuido, creo que comer es un placer y que ¡hay caprichos culinarios que nadie debería perderse!

Algunos de mis caprichos favoritos: chocolate y un buen café expreso con leche, y algunos alimentos que me encantan, como el queso, o platos caseros como la fideuà o la paella valenciana!


Volviendo al tema de este post, debido a mi interés por la nutrición, y movida por la curiosidad y ganas de conocer mejor el tema, este verano me decidí a hacer un seminario de la Universidad, en concreto de la UOC, sobre nutrición, con un título interesante: "Nutrición, salud y bienestar: la alimentación como medicina".

El seminario trata de aclarar a los alumnos los conceptos básicos de alimentación y nutrición (tipos de alimentos, dieta equilibrada, etc.), y además dar a conocer los cambios que ha sufrido la alimentación y nutrición en los últimos años, con la aparición en el mercado de nuevos productos con supuestas propiedades para mejorar nuestra salud. Durante el seminario me he adentrado en el mundo de los alimentos funcionales: probióticos, prebióticos, omega 3, etc. También he debatido con mis compañeros los pros y los contras de estos alimentos y nuestra opinión sobre este tema.


Alimentos funcionales: el pescado azul y los frutos secos contienen ácidos grasos Omega 3, algunos productos lácteos contienen probióticos.
 
 
A continuación os cuento algunas ideas que he sacado del seminario y que me parece interesante dar a conocer:
 
¿Qué son los alimentos funcionales?
 
Los alimentos funcionales son aquellos que contienen componentes biológicamente activos, ofrecen beneficios para la salud y reducen el riesgo de sufrir enfermedades. Tienen aplicaciones diversas, como regular la actividad intestinal, reducir los niveles de colesterol, reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, aumentar las defensas, etc. Sin embargo, conviene remarcar que los alimentos funcionales no curan.

Como curiosidad, los alimentos funcionales tienen su origen en Japón, en los años 80, y surgieron con el fin de reducir los gastos sanitarios de una población con un envejecimiento récord, y mejorar la calidad de vida de esta población. El Gobierno de Japón fomentó entonces el desarrollo de productos alimentarios que aportaran beneficios para la salud. Después, esta idea empezó a extenderse a otros países, como Estados Unidos, donde la mayoría de alimentos funcionales van destinados a mejorar el excesivo consumo de grasas saturadas.
 
 
¿Para qué sirven estos alimentos?
 
El objeto de los alimentos funcionales es mejorar ciertos aspectos del estado de salud de las personas que los toman, o bien prevenir determinadas patologías. Por lo tanto, su uso puede estar aconsejado en ciertos casos, pero para la población en general lo principal es seguir una dieta equilibrada, que incluya los diferentes tipos de nutrientes (hidratos de carbono, proteínas, lípidos, vitaminas, minerales y agua) en las proporciones adecuadas.
 
 
¿Cuáles son los alimentos funcionales?
 
Los principales alimentos funcionales son los siguientes:
 
- Los probióticos: Son microorganismos vivos activos, que, al ser administrados en las cantidades adecuadas, resultan beneficiosos para la salud. Se encuentran en determinados productos lácteos y los más conocidos son los lactobacillus y los bifidubacterium. Los alimentos que los contienen se llaman alimentos probióticos, o probióticos simplemente.
- Los prebióticos: Son fibras solubles que estimulan la actividad de las bacterias beneficiosas para la flora intestinal. Algunos ejemplos son los fructooligosacáridos, como la oligofructosa y la inulina.
- Los fitoesteroles: Son esteroles de origen vegetal que disminuyen la absorción intestinal del colesterol. Se encuentran en la soja, almendras, nueces, etc. También hay productos alimenticios preparados que contienen fitoesteroles, el más conocido el "Danacol".
- Los ácidos grasos Omega 3: Son ácidos grasos poliinsaturados que protegen el sistema cardiovascular. Se encuentran en el pescado azul, por ejemplo.
- Los antioxidantes: Son compuestos que protegen al organismo frente a la oxidación (proceso de degeneración biológica que da lugar a la aparición de los radicales libres). Los principales son la vitamina E, la vitamina C, los beta-carotenos, el cinc y el selenio.
- Los productos enriquecidos o modificados: son productos alimenticios a los que se les añade algún componente antes de su comercialización, para que tengan efectos beneficiosos sobre la salud. El ejemplo más conocido son la leche y sus derivados enriquecidos en calcio y vitaminas.
 
 
¿Son necesarios estos alimentos?
 
Hay que recordar que los alimentos funcionales no son curativos, pero en general, si una persona tiene una patología leve, puede ser recomendable recurrir a alimentos funcionales antes que a fármacos, siempre siguiendo el consejo de un profesional de la salud. Por ejemplo, los probióticos y prebióticos son muy efectivos en casos de estreñimiento, los fitoesteroles ayudan a mantener los niveles de colesterol, y los antioxidantes están aconsejados en personas con necesidades específicas de vitaminas, como personas de la tercera edad, por ejemplo.
 
Como reflexión final, los alimentos funcionales tienen defensores a ultranza y grandes detractores, pero como siempre, creo que lo más aconsejable es tratar de ser objetivos, y a la vez prudentes en un tema tan importante como la alimentación. En mi opinión, no creo que sea prudente atiborrarse de alimentos funcionales y en cambio no seguir una alimentación equilibrada, pero ciertos alimentos funcionales pueden ayudar a complementar nuestra nutrición si poseemos necesidades específicas o tenemos un problema de salud concreto.
 
Y, como no, lo más recomendable es dejarse aconsejar por los profesionales: médicos, farmacéuticos y nutricionistas, que son los mejor preparados para ayudarnos en este tema y en otros relacionados con nuestra salud.


Para acabar os dejo la conclusión para mí más importante de este seminario sobre nutrición:

"Una alimentación equilibrada, que contenga los distintos tipos de nutrientes en proporciones adecuadas, es fundamental para prevenir problemas de salud"








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